Azufrar los toneles

La conservación de la sidra en los correspondientes toneles de madera, esta expuesta a muchos problemas con algún quebradero de cabeza, que por momentos algunas veces no entendemos (aros, perdidas etc.) el estricto seguimiento y control del proceso como siempre hemos hecho durante toda la vida, puede garantizar la buena salud de nuestra bebida.

La mala conservación de los toneles trae como consecuencia que aparezcan ciertos riesgos de contaminación microbiana, peligros y dificultades derivados por los elevados valores de acidez, o bien la aparición del sabor a “Tastu” que surge cuando hay restos de moho, exceso de humedad en el local y/o en el tonel.

Después del trasiego (quien lo haga) o bien después de efectuada la labor del corchado, se debe dejar secar muy bien los toneles, después del consiguiente lavado con agua limpia, para ello rascamos bien desde dentro con un cepillo de raíces en toda la longitud de las duelas, después se puede llevar a cabo el azufrado de los mismos.

 

Nunca se debe de quemar azufre en un tonel o barrica que esté húmeda, ya que la combustión de la mecha de azufre en combinación con un ambiente acuoso en las duelas, reduce la eficacia del azufre y puede producir ácido sulfúrico.

Durante el azufrado hay que procurar mantener los toneles todo lo mejor tapado que podamos para así hacer mas efectivo el tratamiento, para ello se destina una lata de conserva pequeña o algo parecido, en la que se coloca el disco de azufre que se quema con la llama de una cerilla y se mete dentro del tonel, procurando que no caiga ninguna gota sobre la madera hasta que se consuma, procurar no respirar este ambiente porque es muy picante e irrita la
vista haciendo la respiración muy dificultosa, por tanto expongámonos lo menos posible a ello.

                                   

Hacemos esta operación dos veces al año, que se considera son suficientes para la correcta conservación de los toneles, además podemos evitar el “anidamiento de algunos extraños” acabando con ellos al momento.